martes, 22 de septiembre de 2009

Recuerdos

viernes, 18 de septiembre de 2009

Para leer

Acá va la versión digital completa de Dos años de vacaciones de Julio Verne.

Que lo disfruten.

Dos años de vacaciones

jueves, 17 de septiembre de 2009

17 de Septiembre: Día del Profesor

"El profesor mediocre dice.
El buen profesor explica.
El profesor superior demuestra.
El gran profesor inspira."
(William Arthur Ward)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

36 años

LA PRIMAVERA SOCIAL Y FUTBOLÍSTICA DE LOS ARGENTINOS.
Roberto Di Giano




Si bien en el fútbol argentino de los primeros años 70 siguió operando la coexistencia conflictiva de dos modelos deportivos - aquél forjado en las primeras décadas de este siglo que se fue diferenciando progresivamente del estilo inglés y el que se instaló a principios de la década del 60 siguiendo pautas de organización europeas -, acorde con el clima de época hubo un equipo emblemático (el Huracán dirigido por César Luis Menotti) que revalorizando los bienes futbolísticos tradicionales se engancharía en muchos aspectos con el proceso de cambio que se estaba pergeñando en muchos frentes de la sociedad argentina.Eran tiempos en que la construcción de discursos que llevaban el sello de "lo nacional y popular" teñía gran parte de las actividades culturales de nuestro país, en momentos en que tenían una fuerte presencia los sectores populares que intentaban reinvindicar su producción cultural autónoma luego del período de desintegración social producto, en gran medida, de la modernización de carácter dependiente que se trató de implementar en el país.Una manifestación cultural importante como el fútbol, si bien de una manera no generalizada, tampoco estaría ausente de esa firme corriente de reacción contra la reciente experiencia de desnacionalización, corriente que se encontraba liderada, políticamente, por un amplio movimiento - el peronista - que resultó permeable a múltiples sectores que encontraron en él el mejor lugar para expandir las posturas antiimperialistas1.Para describir este panorama se analizarán, entre otros, diversos mensajes emitidos por los integrantes de aquel de Huracán que se consagraría a la postre campeón en 1973, en los diarios y revistas de la época (concretamente, los que estaban más estrechamente relacionados con el marco sociocultural de la época). Asimismo, se tomarán también en cuenta algunas posturas que el poder político de entonces asumiera en relación al deporte.Un objetivo primordial: la liberación.







La necesidad de comprometerse con el tiempo político, un signo fuerte de la época, se añadía inexorablemente a los roles específicos que desarrollaban los jugadores dentro de la esfera deportiva, y queda testimoniada, entre otras cosas, en la solicitada de apoyo al peronismo que firmaron varios integrantes del plantel de Huracán. Allí se pronunciaban tanto por una práctica deportiva que tuviera más en cuenta las demandas de los sectores populares como por brindar su apoyo a aquella consigna de fuerte vigencia en esos tiempos y que denunciaba la existencia de países imperialistas y países dominados: "liberación o dependencia"2.Uno de los firmantes de la solicitada, el defensor Jorge Carrascosa, consecuente con esa línea de pensamiento que abogaba en favor de un compromiso más serio del futbolista, el compromiso con la realidad social, afirmaba lo siguiente: "A mí me importa ser protagonista de mi tiempo, tomar parte. (...) Entonces, necesito documentarme, conocer mi país"3.El director técnico Menotti, que se distinguía por poseer un capital cultural y contestatario superior al de sus colegas, por estos tiempos mostraba un gran sentido libertario4, y apuntaba a lograr que primara en el equipo por él dirigido la espontaneidad en detrimento de la organización, la creatividad en perjuicio de la enajenación: "No me convence mucho eso de 'imponer disciplinas' en el plantel. Me suena a régimen militar y el fútbol es otra cosa. (...) En todo caso, lo que me preocupa, es contar con gente que sea honesta y no mansa por temor a los castigos"5.




Es decir, entonces, que el entrenador del equipo de Huracán intentaba expandir formas consensuales en su entorno más inmediato en detrimento de la coacción exterior. De esta manera el tipo de vinculación basado en la disciplina que conllevó consigo el proceso de modernización de los años 60 es sustituido por el de la camaradería y los aspectos afectivos vuelven nuevamente así a tener sentido. El dirigido en este proceso tiende a dejar de ser tal para convertirse en un compañero, el compañero en un amigo: "El plantel tiene que vivir la amistad; que el marcador de punta no haga un cierre por obligación, sino para cuidar la espalda de un amigo"6. El sentido libertario de Menotti era compartido también por otros integrantes del plantel de Huracán que, por ejemplo, quedan desligados del seleccionado nacional por no soportar las concentraciones prolongadas y el esquema represivo que allí impera. Uno de ellos, el jugador Francisco Russo, lo testimonia de esta manera: "Desde chico no me gusta el encierro. No me acostumbro. (...) Debieron tratarme con calmantes y ni con eso me pasaron los problemas"7.





El acercamiento del poder político.

La actitud de Miguel Angel Brindisi, uno de los jugadores más creativos de ese plantel, que prefirió reiteradamente seguir jugando al fútbol en el país a ser trasladado al exterior, desechando así importantes beneficios económicos, llevó a que el presidente de la Nación, Juan Perón, le entregara la medalla de la "Reconstrucción Nacional". Este reconocimiento estaba inscripto dentro de un marco ideológico más amplio en donde se expresaba que la desidia de los gobiernos oligárquicos había servido para destruir lo que tanto había costado conseguir, en todos los campos, durante la etapa peronista, iniciada formalmente en 1946 y que culminó abruptamente en setiembre de 1955 cuando el gobierno constitucional fue desplazado del poder como consecuencia de una conspiración cívico-militar que formuló la urgente necesidad de abrirnos en forma irrestricta al mundo "civilizado".



Y ahora, que el peronismo se encontraba nuevamente en el poder, era necesario, entonces, recuperar aquella rica experiencia popular de tinte nacionalista (reacomodada, por supuesto, a posiciones sustentadas desde un presente pero siempre de reacción contra cualquier intento de subordinación a países u organismos extranjeros, lucha que se consideraba indispensable para el logro del bienestar de la población)8.Concretamente (y más allá del posible rédito político) se pretendía estimular también en la esfera deportiva una política que tendiera a restablecer un tipo de actitud que redundara en una cuestión sumamente gratificante para la mayoría de los integrantes de la comunidad: "En nombre del deporte argentino, le quiero hacer llegar a Brindisi nuestras felicitaciones y complacencia. Se puede honrar el deporte en todas partes, pero donde mejor se lo hace es en su propia Patria"9.

Los criterios éticos y estéticos.

En esta estructura futbolística que rescataba los rasgos singulares de nuestra cultura, junto a un valor primordial como la libertad operaban otros atributos como la belleza y además una rica gama de sentimientos que tendían a revitalizar lo que había sido apagado por ese proceso modernizador que respondiendo a patrones éticos y estéticos extraños al eje de nuestra historia, había logrado quebrar la línea de continuidad de un valioso patrimonio cultural de los argentinos.Es que aquel plantel dirigido por César Menotti contaba con ciertos jugadores que desarrollaban un tipo de juego que podía asociarse de manera inmediata, en tantísimos aspectos, con una estética tradicional de nuestro fútbol que estuviera basada, primordialmente, tanto en el virtuosismo técnico expuesto por los deportistas como en la posibilidad que dejaba para que ellos expandieran las picardías.



De allí que se pudieron visualizar nuevamente en los campos deportivos de nuestro país muchos elementos que implicaban, en buena medida, un rescate de ricas características propias que habían sido confinadas al pasado por los agentes modernizadores de la esfera futbolística argentina, fascinados por los "adelantos" conseguidos en materia deportiva en los países europeos.Aquellas formas originales, que se habían expandido en el país en fases deportivas anteriores, habían sido deprimidas con el crecimiento exagerado de la organización y los planteos tácticos desde los tempranos años 60. Y precisamente con este intento de rescate de valiosas tradiciones futbolísticas llevado a cabo por el equipo de Huracán, tienden a dejarse de lado, nuevamente, las ataduras inútiles impuestas a los deportistas que ahogaban las motivaciones hedonistas y que restringían, en gran medida, el espacio de lo lúdico.De la aceptación por parte de la comunidad deportiva de la recuperación de rasgos que significaban un firme avance de lo propio y que conllevaba, entre otras cosas, un carácter menos previsible en el desarrollo de los encuentros - ya que lo fundamental es dejado nuevamente al sentido del juego, a la improvisación (elementos éstos que le otorgaban un encanto especial a los partidos ya que se vuelven así más excitantes)- dan cuenta los aplausos que, en varias ocasiones, le prodigaron a Huracán las hinchadas contrarias, superando así el sinsabor de haber presenciado la derrota de su equipo favorito.




Es decir, que este tipo de práctica deportiva que llevó adelante el equipo de Huracán en el año 1973 pudo construirse con aquellos elementos que desde los inicios de la década del '60 sólo habían podido expresarse en forma solapada. De allí que los elementos que habían quedado deprimidos en este deporte por el imperativo de la modernización, por firmes razones históricas seguían despertando orgullo en los aficionados argentinos cuando quedaron nuevamente en estado explícito y pudieron autoidentificarse con ellos (sobre todo con un exponente clave como la gambeta, que invoca en el imaginario popular la posibilidad del triunfo astuto frente al más poderoso).
En este modelo futbolístico quedan así, entonces, establecidas fuertes afinidades entre las disposiciones éticas (libertad para crear y solidaridad entre los miembros del equipo) y las estéticas (vinculadas éstas a las mejores fuerzas de la cultura popular, como son la picardía y la alegría).

Modelo deportivo y proceso social.

No cabe duda que las modificaciones que se produjeron en estos tiempos tanto en la práctica futbolística como en los modos de percepción y evaluación del público no eran ajenas a los cambios culturales que se estaban dando en el contexto social más amplio. Por eso la construcción de ese modelo deportivo de signo creativo, que pretendía alejarse de todo mecanicismo enajenante, y que mostraba así los rasgos más singulares de nuestra cultura (que son los elementos dinamizadores por excelencia de cualquier sociedad), encontraba fuertes grados de correspondencia con el paradigma de la época, aquella ideología que ponía el énfasis en la afirmación de un proyecto de fuerte sentido nacional y que era asumido por un movimiento peronista que había despertado las esperanzas y la generosidad de múltiples sectores sociales.


Notas1 . Las contradicciones que pronto se agudizarían en el seno del peronismo a partir del enfrentamiento de sectores con orientaciones disímiles (y dispuestos a recurrir a cualquier medio para dirimir sus disputas) queda fuera del alcance de este trabajo. 2 . El texto completo de la solicitada puede hallarse en el diario Clarín, 9/7/1973, pág. 39.3 . El Gráfico, 10/4/1973, pág. 25.4 . Es importante aclarar que ésta es una posición diferente de la que sostuvo cuando fue técnico de la selección nacional durante el mandato de la dictadura militar que se instaló en la Argentina a partir del año 1976.5 . El Gráfico, 1/5/73, pág. 26.6 . El Gráfico, 1/5/73, pág. 40.7 . La Nación, 9/7/73, 2ª Sección, pág. 2.8 . El propio Perón, poco tiempo después, siguiendo siempre en esta línea de pensamiento, alertó a la población sobre las trabas que intentaban poner los sectores oligárquicos a su política económica, manifestando lo siguiente: "Ellos se dan cuenta de que hemos nacionalizado los resortes básicos de la economía y que seguiremos en esa tarea sin fobia, pero hasta no dejar ningún engranaje decisivo en manos extranjeras". (La Nación, 13/6/74, pág. 12).9 . Las Bases, 19/12/73, pág. 38.

(Artículo publicado en 'La Marea', revista de cultura, arte e ideas, Nº 10. Buenos Aires, 1997.
Extraído de http://www.efdeportes.com/efd8/rdg8.htm)


El juguete


"Se juega con una sola y si la tenés vos, el otro no la tiene..."


"Defender es tener la pelota. Cada uno siente al fútbol como quiere pero yo me siento más cómodo cuando la tengo y cuando no la tengo me aburro. Si pasan cinco minutos y no la toco me digo qué estoy haciendo acá."

(Juan Román Riquelme en Hagan juego de Ángel Cappa, Bs. As., Tea, 2009.)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Otro que habla lindo: Alfredo Di Stéfano




Cappa: A mí me gustan los delanteros que participan y no sólo los que definen.
Di Stéfano: A mí también. El punta-punta no me convence. Punta puede ser cualquiera. Pero un delantero que, además, juegue no es fácil encontrarlo. Tenía un amigo que decía que el delantero puro era "un tronco que navegaba a la deriva en el mar de la ignorancia futbolera". Y tenía razón.
(Extraído de Hagan juego de Ángel Cappa, Bs. As., Tea, 2009.)

viernes, 11 de septiembre de 2009

Feliz día!


"Entrenar entrena cualquiera;

enseñar, ya es más difícil"

(Johan Cruyff)

jueves, 10 de septiembre de 2009

Letra y fulbo

El último entrenador
Juan Sasturain




Me lo encuentro de casualidad el sábado en Adrogué, en el cumpleaños de la hijita de un amigo. Salta el apellido que es raro, poco frecuente, y enseguida asocio a ese viejo, ese abuelo materno sentado casi de regalo a un costado de la mesa puesta en el extremo del living, con los recuerdos de infancia.De las figuritas, no. No es un jugador pero es un nombre y una vaga cara del fútbol. Aprovecho que los pibes se van al patio a devastar lo que queda de un jardín con más calas que pensamientos y le busco la memoria con una pregunta respetuosa, como tocar a un oso despeluchado con un palo a través de las rejas:-Su apellido me suena -le digo mientras nuestras manos convergen sobre la fuente de masitas-. Lo asocio con el fútbol de los cuarenta y cincuenta, cuando yo era chico, ¿Puede ser?Tras un momento me confirma que sí, que es él, y el reconocimiento al que no está acostumbrado lo ilumina un poco, apenas, como las velitas de esa torta de nena, sin jugadores, que espera en medio de la mesa.-Ya nadie se acuerda.-No crea.Nos trenzamos a charlar y no sé bien cómo pero al rato, mientras los otros destapan botellas, nosotros estamos en el dormitorio -porque esa es su casa, la de siempre- destapando una caja de alevosos recuerdos.-Ese año que usted dice salimos campeones -revuelve, encuentra-. Fíjese, acá estoy yo.Y me señala lo evidente, lo alevoso de su figuración. Es la foto de una revista y él está parado a un costado, el penúltimo de la fila de arriba, entre un colado habitual y un marcador de punta de los que todavía no se llamaban así.-Qué pinta.Tiene bigotitos, el jopo tieso de Gomina o Ricibrill y una E bien grande de pañolenci pegada -acaso con broches- en medio del pecho. El rompevientos -así se llamaban los inevitables buzos azules de gimnasia de entonces- está algo descolorido y los pantalones abombachados se le ajustan a la cintura un poco demasiado arriba, le dan un aire ridículo. El equipo, los colores del equipo que enfrenta a la cámara en dos niveles -atrás y de pie, la defensa; abajo y agachados los delanteros del siete al once, y el nueve con la pelota-, no importa demasiado ni viene al caso. Pero la cancha está llena.-Linda foto -digo, porque es linda foto en serio.-Psé.Me muestra otra parecida de esa época, de un diario, y después otra más, posterior, coloreada a mano al estilo fotógrafo de plaza. Ya el equipo es otro y las tribunas detrás, mucho más bajas. El rompevientos -es el mismo, estoy seguro de que es el mismo- está un poco más descolorido.Pone las tres fotos en fila y me dice, me sorprende:-No estoy.-Cómo que no.Y por toda respuesta, contra toda evidencia, pone el dedo en el epígrafe, va de jugador en jugador, de nombre en nombre, y el suyo en todos los casos brilla -como el Ricibrill- por su ausencia.-No era costumbre, supongo -y me siento estúpido.-No era el tiempo, todavía -recuerda sin ira.-Claro.Él sigue revolviendo, elige y me alcanza. Y yo pienso que ese hombre de destino lateral, anónimo adosado al margen del grupo de los actores con una E grotesca en el uniforme de fajina era casi, para entonces, como un mecánico junto al piloto consagrado, o como el veterano de nariz achatada que se asoma al borde del ring junto al campeón. Su lugar estaba ahí, al ras del pasto; su función se acababa entre semana.-No era el tiempo todavía -repite.Y sabe que llegó empírico y temprano y se metió de costado en la foto en que salió borrado.-En esa época había pedicuros, dentistas, porteros... -dice de pronto con extraño énfasis-. Era el nombre de lo que hacían. Ahora les dicen podólogos, odontólogos, encargados... Esas boludeces, como si fuera más prestigioso... Y yo era entrenador.-No director técnico.-Pts... Ni me hable, por favor... -y se le escapa cierta furia sorda, muy masticada.-No le hablo. Tiene razón.Compartimos en silencio certezas menores, módicos resentimientos.-Vinieron con la exigencia de diploma -dice de pronto.-Claro.Me sumo a su fastidio y de ahí saltamos a desmenuzar los detalles, el contraste: el banquito con techo, el verso táctico, el vestuario aparatoso y la pilcha elegida para salir el domingo, esa que nunca se puso. Cuando quiero atenuar tanta simpleza sin lastimarlo, se me adelanta:-Le digo: no se lo cambio.-Le creo.En eso, los primeros padres que vienen a recoger a sus niños irrumpen en el dormitorio y entre disculpas se llevan los pulóveres, las camperas apiladas sobre la cama grande. Entra la mujer de mi amigo, incluso.-Ah, papá... estabas acá -y suspira como si encontrarlo en una casa de tres habitaciones fuera un trabajo-. Y siempre con esas cosas viejas. Sabés que no te hace bien.Ella me mira como si yo tuviera alguna culpa que sin duda tengo y se lo lleva, lo saca de la vieja cancha despoblada para que vaya a saludar a alguien que se va o se sume para la foto con la nieta que -lo sé- no le interesa. El veterano me mira resignado. -Ha sido un gusto.Asiente y se lo llevan. Apenas se resiste.Me quedo solo y guardo las viejas revistas que han quedado abiertas sin pudor ni consuelo. No es cuestión de que cualquiera meta mano ahí. Después busco mi propio abrigo y escucho los ruidosos comentarios del living. Me imagino que para las fotos familiares el viejo se debería poner una remera grande con la letra A de Abuelo, para que al menos alguno pregunte quién es.Pero no me quedo para verificarlo. Me basta con sentir o imaginar que he conocido al último entrenador.

(Extraído de Cuentos y más: http://www.cuentosymas.com.ar/cuento.php?idstory=1981 )

miércoles, 9 de septiembre de 2009

9 del 9 del 09

... les sobra un 9 ?
... a nosotros, no ...









La movida de las cartas en los medios


Gracias a Carlos, un quemero de corazón, por la gran difusión que derivó en todo esto y
a Patria Quemera por brindar su espacio y su generosidad


Patria Quemera: ¡Feliz cumpleaños, Ángel!
http://www.patriaquemera.com.ar/feliz-cumpleanos-angel-aid1808.html


El Patagónico: Quinientos mensajes de cumpleaños para Cappa
http://www1.elpatagonico.net/index.php?item=viewlast&ref=ultimas&id=20201&sec=dep


Yahoo Noticias: La "cappamanía" moviliza a los hinchas "quemeros" http://ar.news.yahoo.com/s/02092009/40/n-sports-quot-cappamania-quot-moviliza-hinchas.html

Quinientos mensajes de cumpleaños para Cappa http://ar.news.yahoo.com/s/06092009/40/n-sports-quinientos-mensajes-cumplea-cappa.html

El Tribuno- Salta: La "Cappamanía" http://www.eltribuno.info/salta/diario/2009/09/03/deportes/la-cappamania

Portal Quemero: Lo de Cappa fue un éxito http://portalquemero.blogspot.com/2009/09/feliz-cumple-angel_06.html http://portalquemero.blogspot.com/2009/09/lo-de-cappa-fue-un-exito.html

La Gaceta-Tucumán: Cappa ya es ídolo http://www.lagaceta.com.ar/nota/342869/Deportes/Cappa_ya_idolo.html

Ovación on line: En Huracán los hinchas le siguen agradeciendo a Ángel Cappa http://www.diariouno.com.ar/ovacion/blog/2009/09/02/en-huracan-los-hinchas-le-siguen-agradeciendo-angel-cappa/

martes, 8 de septiembre de 2009

Clarín




LUNES 7 DE SEPTIEMBRE DE 2009



Por Gustavo Ronzano



Cappa cumple

UN BLOG DIGNIFICA. Ángel Cappa cumplió 63 años. Y gracias a la propuesta del blog elcappista.blogspot.com, recibió 500 mensajes de cumpleaños. Después de la derrota del jueves con Atlético Tucumán por 2-0, Cappa hizo público lo que iba a pedir al soplar las velitas: "Que Huracán juegue bien y gane". Hubo mucho afecto y cariño en los mensajes.


Olé

08 de Septiembre de 2009
Te queremos
EMILIANO SOTOMAYOR

En el día de su cumpleaños, Cappa recibió más de medio millar de cartas para saludarlo. Un apoyo incondicional.

Dicen que el amor es incondicional. Y más aún cuando se trata de los colores. Pero esta vez el cariño no fue dirigido a una institución, sino a un entrenador: Angel Cappa. Es que con motivo de su cumpleaños, los hinchas de Huracán le escribieron más de medio millar de cartas para saludarlo, brindarle apoyo y bancar el proyecto del técnico, que arrancó hace poco menos de un año. La idea surgió del blog El Cappista, que juntó vía mail las cartas que ayer fueron a parar a las manos de Angel Cappa. "La verdad es algo que no esperaba. Estoy totalmente agradecido porque los hinchas de Huracán me demostraron un afecto realmente conmovedor", dijo Cappa luego del entramiento de ayer.En el torneo anterior Don Angel supo ensamblar un equipo que dio cátedra de fútbol y que enamoró a propios y extraños. Ese fútbol que desplegó, hizo que los hinchas de Huracán vuelvan a identificarse con una idea de juego que habían perdido. Por eso, Cappa se ganó el afecto de la gente, que no dudó en saludarlo. "Recibí muchísimas cartas, mails y saludos personalmente y a través de las páginas web de Huracán. Quiero agradecerle a los hinchas que sigan apoyando al equipo y que tengan tanta paciencia, es algo muy alentador", agregó el técnico del Globo. Lo llamativo es que no sólo hubo mensajes relacionados con lo futbolístico, sino que también hubo algunos que apuntaron a otros valores. "Su presencia y su dignidad son un paliativo entre tanta codicia y mediocridad", destacó Cecilia en una de las tantas cartas que recibió el autor intelectual del tiki tiki.Lo cierto es que el domingo Cappa festejó sus 63 años. Y seguro que en sus deseos, incluyó que Huracán juegue bien y pueda ganar seguido.


http://www.ole.clarin.com/notas/2009/09/08/futbollocal/01994114.html

Y ahora, los míos

Por Julia Lou

A la gente que escribió sus cartas y depositó su confianza en mí encomendándome la grata tarea de acercarle a Ángel el afecto en las palabras de su gente.


Fue un aluvión inesperado de cartas, mensajes, mails que todavía me siguen llegando y que engrosarán el pilón de cartas impresas que Cappa recibió como regalo de cumpleaños. Distanciándome un poco de la emoción de ver a un montón de almas sacudirse la modorra expresiva en la que nos hacen vivir a la fuerza e intentando hacer una reflexión más abarcativa, creo que a nivel social se trata de un hecho, cuanto menos, infrecuente. Que un director técnico (ahora me viene a la memoria Galeano y me corrijo, entrenador -como se autodenomina el mismo Cappa) logre semejante adhesión a pesar de las adversidades y los contratiempos habla a las claras de algo más. Ese algo más implica que la gente no es boluda (o sea: de boludos está lleno pero hay gente que no come vidrio) y que puede hacer prevalecer valores esenciales por sobre el marketing y el circo del fútbol. Palabras como ilusión, dignidad, palabra, sueños, alegría, juego, compromiso, que hace tiempo que no formaban parte del campo semántico futbolero se pusieron rápidamente en boca de los hinchas que sentían una natural empatía olvidada por tantos años de juego sucio, cuchillo entre dientes, como sea, pinchar la pelota y pum para arriba. Si bien es cierto que estas palabras no eliminan otras, nefastas y ya enquistadas de manera lamentable en el glosario de este juego , como robo, mercenario, cagón, taka taka, al menos las exorcizan e iluminan y promueven una reflexión profunda que ojalá derive en darnos cuenta de por qué estamos como estamos.


Va, de yapa, un relato que viene al caso:
"El director técnico" de Eduardo Galeano



Antes existía el entrenador, y nadie le prestaba mayor atención. El entrenador murió, calladito la boca, cuando el juego dejó de ser juego y el fútbol profesional necesitó una tecnocracia del orden. Entonces nació el director técnico, con la misión de evitar la improvisación, controlar la libertad y elevar al máximo el rendimiento de los jugadores, obligados a convertirse en disciplinados atletas.
El entrenador decía:
Vamos a jugar.
El técnico dice:
Vamos a trabajar.
Ahora se habla en números.
El viaje desde la osadía hacia el miedo, historia del fútbol en el siglo veinte, es un tránsito desde el 2-3-5 hacia el 5-4-1, pasando por el 4-3-3 y el 4-4-2.
Cualquier profano es capaz de traducir eso, con un poco de ayuda, pero después, no hay quien pueda. A partir de allí, el director técnico desarrolla fórmulas misteriosas como la sagrada concepción de Jesús, y con ellas elabora esquemas tácticos más indescifrables que la Santísima Trinidad.
Del viejo pizarrón a las pantallas electrónicas; ahora las jugadas magistrales se dibujan en una computadora y se enseñan en video. Esas perfecciones rara vez se ven, después, en los partidos que la televisión transmite.
Más bien la televisión se complace exhibiendo la crispación en el rostro del técnico, y lo muestra mordiéndose los puños o gritando orientaciones que darían vuelta al partido si alguien pudiera entenderlas.
Los periodistas lo acribillan en la conferencia de prensa, cuando el encuentro termina. El técnico jamás cuenta el secreto de sus victorias, aunque formula admirables explicaciones de sus derrotas:
Las instrucciones eran claras, pero no fueron escuchadas, dice, cuando el equipo pierde por goleada ante un cuadrito de morondanga. O ratifica la confianza en sí mismo, hablando en tercera persona más o menos así:
«Los reveses sufridos no empañan la conquista de una claridad conceptual que el técnico ha caracterizado como una síntesis de muchos sacrificios necesarios para llegar a la eficacia».
La maquinaria del espectáculo tritura todo, todo dura poco, y el director técnico es tan desechable como cualquier otro producto de la sociedad de consumo.
Hoy el público le grita:
¡No te mueras nunca!
Y el domingo que viene lo invita a morirse.
Él cree que el fútbol es una ciencia y la cancha un laboratorio, pero los dirigentes y la hinchada no sólo le exigen la genialidad de Einstein y la sutileza de Freud, sino también la capacidad milagrera de la Virgen de Lourdes y el aguante de Gandhi.

(Extraído de “El fútbol a sol y sombra”, Siglo Veintiuno Editores, México, 1995)

lunes, 7 de septiembre de 2009

Gracias, Cappistas

domingo, 6 de septiembre de 2009

viernes, 4 de septiembre de 2009

Seguir caminando...



« `Ella está en el horizonte´ dice Fernando Birri.
`Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré.
¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar´».
desde Las palabras andantes, de Eduardo Galeano, "Ventana sobre la Utopía"






La utopía sirve para caminar, pero hay otra utopía que es la del poder negativo que nos querría hacer vivir sin caminar, quizás se deba decir que dejaremos de morir y reanudaremos con fuerza el camino cuando renunciemos al poder... Creo que el mejor de mis días es aquel que debe todavía venir. La cosa más bella de la vida es la capacidad de sorpresa. Las cosas que suceden cuando nadie lo espera no son siempre malas noticias, a veces son cosas muy bellas, y este es un modo, un mensaje de la vida para decirnos que vale la pena, que vale la pena esperar estas noticias. Es normal que sea difícil, que haya momentos en que nos caemos, nos levantamos y volvemos a caer. Estos son tiempos difíciles, muy difíciles, pero no hay que tener miedo, no hay que amedrentarse. Debemos saber que no es real sólo la realidad que conocemos, que es real también la realidad de la que tenemos necesidad, que es tan real como la otra, porque está dentro de la panza de la otra. Años atrás visité en Venezuela, sobre el lago Maracaibo, a mi amigo pintor Vargas. Este pintor era también un carpintero analfabeto, era un artista con un talento extraordinario: nació, creció y murió en el mismo lugar, aquel lugar tan deprimente, horrible, que se llama Cabimas. Cabimas fue, por mucho tiempo, la fuente principal de petróleo de todo el occidente, un tesoro de petróleo que dio millones de dólares a las compañías y a las industrias. Se trataba de un lugar oscuro, tristísimo porque el petróleo había matado todo lo que había tocado, no había más verde en Cabimas, todo tenía el color del petróleo, no había pájaros, no había árboles, no había peces vivos en el agua. Era un cementerio, todo gris o negro... Bien, a pesar de los grises y los negros, el pintor que vivía en este lugar pintaba con colores vistosos, pintaba árboles llenos de hojas, pájaros de dimensiones enormes. Un mundo completamente loco hecho de una estrepitosa alegría de la imaginación. Vargas murió, y sus obras se venden ahora muy bien en las galerías de arte más importantes del mundo como expresión de la exuberante naturaleza latinoamericana. Vargas es la prueba de que estamos en una tierra besada por los dioses porque tenemos esta naturaleza particular. Vargas murió en la miseria, el pobre no tenía idea del valor de lo que hacía. Yo le decía: Vargas, tu eres un pintor realista y él, que no sabía mucho de la historia del arte: Ah, ¿soy realista? Sí, le decía yo, y él: Ah, bueno. El aceptaba esto, lo creía verdaderamente, porque Vargas no pintaba la realidad que conocía, sino la realidad de la que tenía necesidad y por eso era un pintor realista. Esto lo creo profundamente.
(Palabras dichas por Eduardo Galeano en una entrevista concedida a la revista italiana Una Città.)



miércoles, 2 de septiembre de 2009

La vida es sueño

martes, 1 de septiembre de 2009

El Cappitán no faltó y a la reunión asistió

por Julia Lou

7 y media. Paseo La Plaza. Un anfiteatro de telón y butacas rojas aguarda impaciente entre murmullos la llegada del hidalgo del fútbol argento. El joven auditorio no pasa los 40 y hay casi una escandalosa mayoría femenina. ¿Fans esperando a un rocker? ¿Groupies enardecidas? Nada de eso. Nóveles periodistas y estudiantes de Tea esperando una revelación, la voz diferente que ahora es escuchada por la legitimación que dan los buenos resultados ("los números mandan" decía orgullosamente desde su miope ignorancia un ¿periodista? ¿gracioso de la tele? en un comprometido análisis ante el robo consumado). La figura triunfante que por esas cosas de la vida y los negocios se convirtió en heroica a la fuerza, tras encontrarse luchando sin previo aviso, sin anuncio de batalla, frente a gigantes que son gigantes y no molinos. Y así llega, bajando los escalones con su andar compadrito, con esa elegancia impetuosa que se deshace en palabras cálidas y ojos emocionados al hablar de sus hijos, su mujer y del Globo. Y el fastidio y la bronca y las puteadas -sublimes- a lo Luppi, con quien podría hacer un contrapunto pensador y puteador inigualable. Y el auditorio ofrece, recatado, un aplauso respetuoso de bienvenida que se transforma, con el correr de la hora, en una barullera ovación al capitán involuntario de la balsa que con inciertos tripulantes y un par de fieles compañeros, porfían en darle al Globo un rumbo directo a sus sueños.