No siempre, es cierto, pero a la larga el fútbol premia al que juega mejor y España es, sin duda alguna, la selección que mejor juega en el mundo, la que tiene más convicción en este estilo y la que cuenta con mejores jugadores. Por eso es campeona del mundo, porque acumula desde hace varios años los merecimientos necesarios. No sólo recibe el titulo más apreciado, sino que es un ejemplo para todos aquellos que prefieren jugar bien para ganar, un espejo donde mirarse para conseguir los objetivos. Un equipo que no especula, que no apela a otros argumentos que no sean futbolísticos, que no pierde tiempo, que no simula faltas. El fútbol del mundo está agradecido por este triunfo.Holanda pensó el partido para que España no pudiera jugar. Y lo consiguió en parte. Si bien España no desarrolló su juego habitual, lo intentó siempre sin caer en la desesperación que conduce a equivocar el camino, sin apresuramientos. Y sin resignarse. Tampoco entró en la trampa de enredarse en la turbulencia de las faltas reiteradas. Sólo intentó jugar. Holanda lo tenia clarísimo: si no podía recuperar la pelota, interrumpía el juego con faltas, algunas violentísimas como la que le hicieron a Xabi Alonso. Entonces el juego no tuvo continuidad y apenas se jugaban 15 o 20 segundos seguidos.Si bien el estilo está asumido por todos, mientras jueguen Xavi e Iniesta España tendrá asegurado que la pelota irá de un compañero a otro, y que jamás a nadie se le ocurrirá un pelotazo para lo que algunos llaman segunda jugada. Piqué y Puyol dieron absoluta seguridad y Capdevila ganó mas de lo que perdió frente al hábil Robben. Notable también Casillas en la única ocasión clara de gol que tuvo Holanda, para salvar el partido y permitir este triunfo histórico. Y muy bueno el trabajo de Xabi Alonso y también y especialmente el de Busquet, para siempre recuperar y jugar.Tenía que ser.
La entrada de Fábregas le permitió a España tener uno más de calidad, para desactivar el campo minado que había en la mitad de la cancha. Y fue Fábregas, con inteligencia, clase y precisión, el que habilitó al mejor jugador del mundo, para que él tuviera el privilegio de hacer el gol más importante de la historia de España. Lo merecía. Antes de la definición perfecta, Iniesta, más listo que nadie, retrocedió unos metros para no caer en el fuera de juego. Es decir, tuvo la lucidez que ni nosotros como espectadores a esa altura podíamos tener. Un auténtico crack con todas las letras. Un crack con mayúsculas. España es la mejor del mundo, sin duda, y tiene también al mejor jugador del mundo: Andrés Iniesta. Es tiempo de disfrutar y de olvidar a la furia para siempre, y ya que estamos, también a los furiosos. ¡Felicidades!













